Me pareció gracioso que muchos atletas profesionales le atribuyen sus victorias a Dios pero ninguno se atreve a culparlo de sus derrotas. Me gustaría ver una entrevista en el que un alero de la NBA dijera: "Todo iba bien hasta que Dios me hizo fallar esos tiros libres en el último cuarto, de no ser por Él hubieramos ganado".
Tal vez por eso el Vaticano no participa en las eliminatorias del Mundial, después de todo ¿Cómo podrían explicar un trágico autogol al estilo Escobar o un penalti como el de Trezeguet en el reciente Mundial?
Estoy escuchando: Beginner - Back in town
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