Old School

Un pequeño grupo de tontos todavía pensamos que el verdadero valor como profesionales está en lo que hacemos y no en evitar que el jefe se entere de que otros lo hacen mejor. De todas maneras se va a enterar, sin importar que tratemos de impresionarlo con vocabulario técnico o complicados diagramas... además, siempre, absolutamente siempre, hay alguien que puede hacer lo que nosotros hacemos, y mucho mejor.

Es cuestión entonces de inventar nuestra oportunidad. Me refiero a hacer el trabajo lo mejor posible, caminando ese kilómetro extra una y otra vez y sin pregonarlo. No hay razón para empeñarse en ocultar los errores; tarde o temprano saldrán a la luz, es cuestión de corregirlos y evitar que vuelvan a ocurrir, aunque las enmiendas también salgan a la luz tarde o temprano.

Pero tal vez esta filosofía sea demasiado "Old School" para estos tiempos en los que impresionar a los demás es el deporte de moda, y que conste que no hablo de trabajar como un esclavo sin esperar el reconocimiento que merecemos, sino de recibir exactamente lo que nos merecemos. Al final del día, lo que nos queda a nosotros los tontos, es seguir haciendo lo que sabemos hacer y enorgullecernos por una labor bien hecha.